ODIO AREQUIPA

RAZONES POR LAS QUE ODIO AREQUIPA

Soy peruana y odio Arequipa. Odio que me recuerde que mi querida Piura es un desastre a su costado.  Resulta que la mayoría de ciudades del Perú, la verdad, es que son desordenadas, sucias y con conductores imprudentes. Puedes ver anuncios de anuncios a cada paso, y una contaminación visual y sonora horrible.

Pero Arequipa es la ciudad más ordenada que he podido conocer.

No observas el centro de la ciudad abarrotado de publicidad. ¡No! Y eso te permite poder apreciar las maravillas de su pulcra arquitectura en la ciudad blanca. Con sus grandiosas construcciones de sillar. Recorrer la ciudad nos teletransporta a una época colonial.

Los conductores increíblemente no tocan el claxon cada vez que el semáforo se pone en rojo :O ¡No! Ellos esperan a que el semáforo se ponga en verde para poder pasar.

¡Odio Arequipa porque me rompió el corazón!, morí de tristeza al tener que dejarla, es que solo tenía una semana de vacaciones para hacer tours, y luego tuve que alejarme de esta calmada ciudad para regresar a mi rutina diaria.

Adiós ciudad blanca, Novia hecha pincel, Adiós señor Misti que seas feliz En tu luna de miel…

(canción el regreso)

Arequipa es la ciudad más bonita que conozco de Perú. Tan bonita que enamora. Enamora su gente amable, aunque muchos digan que los arequipeños son “creídos” (y si así lo fueran, en serio que ellos tienen de que creerse). Yo solo me tope con gente maravillosa.

Enamoran sus construcciones, de piedra sillar, cuidadosamente colocadas que solo refleja pulcritud, transparencia, honestidad e imponencia.

Enamoran sus paisajes, recorrer la ciudad y ver de fondo el imponente volcán Misti. Con ese carácter tan monumental que tiene a toda Arequipa a sus pies.

Odio que Arequipa tenga una de mis comidas favoritas: el ROCOTO RELLENO. Y que cada vez que se me antoja uno, tenga a Arequipa tan lejos que no puedo satisfacer mis antojos. Ya que ningún rocoto relleno preparado en otro lado iguala al rocoto relleno arequipeño.

Si quieres terminar odiando Arequipa así como lo hago yo, pues te invito a visitarla. Y vivir esta mezcla de amor y odio que ahora mismo siento yo al escribir esta nota.

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